Mario Morales, utiliza cómo recursos la geometría, el arte cinético y el saber científico, en estos cimientos se articula su discurso visual. Asume contenidos abstractos que, sin llegar a la absolutización del vocabulario de referencia, gestionan una experiencia estética vinculada a los ámbitos de conocimiento de la matemática y la física. Con una factura obsesiva y artesanal, la obra actualiza su lugar en los campos del arte cinético u óptico, pero lo hace desde las subjetivas distancias/alturas que pueda adoptar el espectador. Su agudeza para observar y traducir el mundo en líneas vivas y en un cruce perfeccionista que tiende al simulacro y a la ilusión, es, cuanto menos, envidiable. “Lo que ha significado, en concreto, según el crítico Justo Pastor Mellado, ser portador de una resemantización de la abstracción geométrica, hacia un tipo de figuración híbrida que pone en escena sus propios mecanismos de restricción.