“idilio” 1 a 100 es una serie que forma parte del cuerpo de trabajo “Mirages” Mirages
El espejismo es causado por una condición atmosférica, y no existe.
Metafóricamente, lo que puedo capturar con mi cámara en una fracción de segundo no existe inmediatamente en el objeto fotográfico que será. Tengo que alterar el negativo para revelar un recuerdo
de un recuerdo
Impulsadas por mi impulso de escapar, las fotos se convierten en espejismos de mi propio paisaje emocional. Termino por entender que la realidad es frágil, como una pompa de jabón; sólo existe mientras flota. Caminar por un bosque despierta sentimientos intensos.
El encuentro constante con el cambio físico, como la luz, el sonido del viento, las ramas de los árboles caídos y las raíces expuestas, provoca sentimientos de transformación interior a cada paso. El peligro, la incertidumbre, el asombro y otras circunstancias, van marcando constantemente una huella espiritual.
Cuanto más se adentra en la densidad de la naturaleza, el recorrido se vuelve más interno y las imágenes convergen en un mismo lugar, el subconsciente. Es como si el viaje dictara la topografía mental del individuo. Es inevitable sentir que todo tiene una relación directa con la propia existencia. Los espejismos emocionales comienzan a ocurrir.
El bosque es la antítesis del pueblo, lo que está antes de la cultura, más allá de la sociedad. Para mí es como un arquetipo del territorio del alma donde no hay reglas civiles, donde vive la fauna de la psique humana. Para entrar al bosque, debes atravesar el mismo espejo que Alicia* y rendirte a que todo sea al revés; nada es como creías o deseabas. Al igual que en el bosque físico, encontrar la salida a los laberintos emocionales sólo se logra viajando las veces que sean necesarias, tal vez para siempre, haciendo los caminos y dejando huellas para reconocer el regreso.