El punto de partida de esta nueva serie de obras, realizadas durante la cuarentena, es familiar, que trata de una conexión formal con la fisicalidad de cada una de las páginas vacías y desteñidas por el sol de un álbum de fotos recuperado que heredé de mi abuela. El álbum rescatado casi no contenía testimonio de la vida que se suponía que debía llevar. Mi proceso ha sido reimaginar y reconstruir nuevas narrativas sobre lo que quedaba.
Partiendo de ese álbum en concreto, he fotografiado cada una de sus páginas y reutilizado las imágenes individuales resultantes a modo de “lienzo” para posteriormente intervenirlas con materiales que tradicionalmente se utilizan en los álbumes familiares: photo-corners, vitelas y glassine, así como reciclados. páginas de álbumes, fundas fotográficas, pan de oro, hilo y pintura.
Para esta serie, saco y cuestiono el espacio vacío, la noción de 'lo que queda', del álbum de fotos físico, mientras exploro de forma lúdica las numerosas posibilidades de los recuerdos descuidados en los que los recuerdos ausentes se convierten en abstracciones. Mientras las nuevas tecnologías pretenden ayudarnos a preservar nuestros recuerdos, reflexiono sobre el cambio progresivo de la fotografía vernácula y la desaparición del álbum familiar tal como lo conocíamos. Estos trabajos reflexionan sobre cómo se construye la memoria a través de la mano subjetiva del creador de álbumes, eligiendo editar la continuidad de nuestras líneas de tiempo y, por lo tanto, alterando la narrativa para las generaciones posteriores.
Shifted Narratives, Edición Ciconia: 100 Iteraciones…
“En estas obras se utiliza una y otra vez una sola fotografía como punto de partida, el espacio desde el cual una respuesta instintiva a la imagen sirve como territorio de rastreo de la memoria…”